— buscando el hilo

El viento se levanta

Sueño Compartido con Ingeniero-Padre

¡El viento se levanta! … ¡Hay que intentar vivir!
Mi libro cierra, inmenso, luego lo vuelve a abrir,
Paul Valery. «El cementerio marino«

Cerrar por el principio podría ser el enunciado para hablar de este film. Miyazaki concluye su obra (en principios se refiere solo a los largometrajes) con esta hermosa película, y lo hace  con un bucle como el que describe el avión aún sin diseñar, que presenta en su sueño, para acercarse al origen, a su origen y por extensión al de todos.

En ese bucle o espiral recoge imágenes significativas o primordiales de toda su filmografía para acabar de enlazarlas y entregar así su sentido al viento.

Parece que acercándose a la muerte el tiempo toma conciencia de su curvatura y se encuentra enfrente, quizás al lado de donde nace: el sueño compartido del padre.

Siempre podemos volver al padre, a ese sueño común cuyo encuentro levanta el viento como una erección que reclama cuerpo, vuelo que desea tomar tierra. (Hermosa representación la del sueño compartido con el ingeniero italiano Giovanni Battista Caproni). Y es que en el nacimiento caemos y en ese breve vuelo la tierra es el cielo y será el primer giro o bucle el que nos lleva hasta los brazos de la madre.

Vuelos y tirabuzones

El viento es la primera de esas imágenes significativas, y se presenta nombrando el film aunque también es leitmotiv en toda su obra. Un viento que descubre o intuye la emoción, sobre todo la compartida, la que vincula, como ese sombrero que vuela y que ella recoge, y que luego es sombrilla la que vuela, y más tarde intercambio de avión de papel (lo masculino) por sombrero de chica (lo femenino).Cuando el viento aparece algo está a punto de ocurrir. Anuncia la fractura entre lo real y lo imaginario. Es el lugar del que nace el movimiento que funda el cine y la animación.

Satsuki en Totoro: ¡Mei! ¡Nos hemos convertido en el viento!

Ponyo secuencia concepción

El mar, las aguas, es el segundo argumento en este pliegue de la memoria. Ponyo en el acantilado desvela en la secuencia bajo las aguas, que es en las profundidades marinas, cuando todo se mueve, y descubrimos que para Miyazaki el viento y las aguas son hermanos como Ponyo y Sosuke, quizás pareja como Jiro y Nahoko. Arquetípicamente las aguas son las emociones y también la madre, (la mére tan parecido a mer en francés). Las aguas primigenias tienen que ver con la memoria perinatal. También suelen representar el sueño, los sueños. Eso que sucede tras el viento.

La espina del pez en la que se basa para diseñar las alas de su avión reúne mar y vuelo, dibujo técnico y trazo, ingeniero y artista, padre e hijo.

Tsunamis y terremostos

Las guerras, los terremotos, las explosiones, los tsunamis, también como argumentos recurrentes en la obra de Miyazaki; son fuerzas incontrolables de la naturaleza con las que Japón convive desde siempre. Estas manifestaciones son las que representan las energías que hacen que el ser soñado o imaginado tome cuerpo. Las que transforman un sueño, una gota o un trazo en un ser real, vivo, animado.

Pintura y sangre

La tuberculosis parece ser la expresión de la emoción que contenida es incontenible y acaba desbordando, rompiendo el pecho como las olas de Valery. Nahoko pintando bajo la sombrilla en el campo sufre una crisis en la que la sangre se mezcla con la pintura sobre el lienzo. Cuesta no pensar que de aquí el color tome vida en Miyazaki, animándose.

Tuberculosis que ya anuncia la primera secuencia de la casa de Mi vecino Totoro y que padece la madre de estas niñas a la que van a visitar en bicicleta con el padre. Tuberculosis espinal sufre la madre de Miyazaki internada en un hospital durante más de 7 años desde que él apenas contaba 7. Espina de pez que inspira las alas del avión de Jiro, espina que resulta ser el manillar de una bicicleta que había transformado a un Dios en Monstruo en El viaje de Chihiro y que Miyazaki a través de su protagonista libera.

Serie espina

Cuando Miyazaki «anima» está animando a la madre, sanándola, devolviéndole la alegría de vivir.

El padre de Hayao Miyazaki fabricaba “timones” para aviones, no es de extrañar que para su hijo el mar y el viento, la espina del pez y el ala del avión, Sosuke y su hermana pez Ponyo, Jiro y Nahoko sean pareja. La de sus padres cogidos de la mano.

Jiro levantando el vuelo con la mano en el timón

Jiro acaba de dibujar su proyecto cogido de la mano con Nahoko enferma (en japonés dibujo e imagen, cuadro, son una misma palabra representados por el mismo kanji que contiene en si imagen e hilo, vínculo).

Como si fuera la metáfora de un Haiku donde el sentido queda suspendido, así nos entrega Miyazaki su cine.

¡El viento se levanta! … ¡Hay que intentar vivir!
Mi libro cierra, inmenso, luego lo vuelve a abrir,
¡De las olas deshechas nuevas olas derivan!
¡Volad, volad vosotras, páginas deslumbradas!
¡Romped, olas! ¡Romped con aguas exaltadas
Este techo tranquilo donde los foques iban!

Paul Valery. «El cementerio marino«