Girls
Cualquiera que tenga la valentía de mirarse en plena juventud, si es capaz de verse, al asombro sucederá el horror. Ese mismo sobre el que se apoya el género de terror que tanto atrae al público joven con series como «Scream», o «Pesadilla en Elm Street» y ha creado personajes como Freddy Krueger. Asustada de sí misma Lena Dunham, a través de su personaje Hannah, elabora un autorretrato intencionadamente descarnado en el que arrastra a toda su generación. Lo emocionante de la serie es descubrir que a pesar del “susto” lo que de verdad da terror es el no poder verse, desvelando en los límites de la locura, al delirio como una poderosa herramienta para, en el entorno de esta, nuestra civilización progresada y cosmopolita, romper con el himen que se interpone entre el no ser y el ser. Lena encabalga su propia juventud emocionada por el vértigo y la velocidad que toma hasta alcanzar la sensación de que va a estrellarse contra su propia madurez, pero sin embargo en cada capítulo algo parece brotar: un gesto, una señal, un signo, una letra que tras otra va configurando un nombre, el propio, que no solo niega ese choque, sino que anuncia el milagro del reconocimiento.