La red social
El algoritmo en la ventana es “el verbo”, el mapa del tesoro, el secreto del padre. Son programadores, amantes del lenguaje, escritores de una nueva era. “Está enchufado” comentan varias veces en el film, accediendo a la nube, a las aguas de la conciencia colectiva. “El libro de caras” es un buscador de rostros, de perfiles desde las nubes, una posibilidad de encontrar las figuras de aquellos que te hagan. Mark es en la peli una criatura conectada, en busca de esas figuras, especialmente la femenina. Es una especie de Frank Abagnale en Atrápame si puedes al que nadie puede parar: “yo soy el presi, mamón”. Facebook nace en contra de los clubs exclusivos, en contra de las figuras paternas institucionalizadas, de las sociedades secretas. Público y gratuito, y cuanto más público mejor. Por eso está en la raiz de las revoluciones sociales y políticas de las primaveras árabes y otras primaveras del mundo, porque el libro abierto de caras, la plaza pública puede ser también un arma contra el miedo, contra los abusos de poder.