20.000 días en la tierra
Quizás lo más inquietante de este film es su capacidad para revelar todo lo que el inconsciente sabe y creemos desconocer. No hay nada accidental en esta construcción. Todo es dicho por Nick Cave en un ejercicio de extraordinaria lucidez. Podríamos decir que es una película leída como si de un hermoso sermón se tratase. Nick cuenta como años atrás, antes de pasarse por el “camello” a por drogas, acudía a la iglesia y asistía a una misa completa. Parece que Susie, cuya entrada en su vida relata como una explosión iluminadora, le advierte de la fragilidad de ese consciente equilibrio. NC atiende esa demanda escogiendo el púlpito, el escenario.
Sólo hay un momento que deja a Nick sin palabras, la muerte de su padre. Previamente cuenta como este tenía costumbre de presentarse en alguno de sus conciertos sin avisar ni ser visto. La película coloca esta presencia como un continuo en la vida de NC y le otorga algunos inciertos subjetivos, convirtiéndose en el eje de un relato que pretende acometer el proceso creativo, eso que emana del padre, pero a lo que con tanta dificultad se accede. A la pregunta de Cave a su padre sobre uno de los conciertos a los que secretamente asistió, el padre describe su presencia en el escenario como la de un ángel. Palabras a las que Nick se acoge para crear una imagen de sí mismo que mantiene viva toda su trayectoria posterior. Cuando Nick Cave actúa hace presente al padre en algún lugar oculto entre el público. El padre, Susie y Warren son las figuras que amándolo lo hacen presente, ese reconocimiento que va más allá de la palabra y que sitúan al ángel en la tierra (20.000 días), y el ser en la voz que lo hace vibrar, constituyendo esos conciertos-misas en un verdadero acto de comunión que el público completa. Más allá del Dios que el propio NC cree verse por momentos durante los conciertos, quizás sea el ser, el ser conscientemente, el ser hombre, la auténtica divinidad que se opera en el escenario y que en algo recuerda a ese monstruo que él mismo sitúa entre la imaginación y la realidad en la secuencia final. Y es esta cualidad del film que muestra el lado aterrador de la creatividad y muy a menudo sitúa el genio en una dramática polaridad entre el artista y el canalla, la que parece proponer una vía de redención a través de la pareja, el matrimonio como liberador de ese oscuro polar. No por casualidad son pareja los creadores de esta película-ceremonia.
“Lo que más miedo me da es la Naturaleza” dice NC mientras se cierra el film con un supersubjetivo que se aleja en el mar. Inquietante lo que el inconsciente sabe y creemos desconocer.