
Es curioso que la corona, al señalar al nacido para reinar, cuyo primer coronar es asomar la cabeza en el momento de nacer como cualquier hombre o mujer, expulse al señalado de lo terreno, situándolo en un plano puramente simbólico o representacional. Un sacrificio similar al realizado por cualquier actor cuando interpreta un papel, pero sin elección, de por vida.
Leer más