
Algo ha quedado detenido. Una carta encabezada pero sin acabar de escribir “querida Momo:” y un reloj que también se detuvo en primavera. La carta es del padre, que falta desde primavera. Al abrir esa carta en el barco (que navega sobre las aguas del sueño y la emoción) de camino a unas islas donde madre e hija serán acogidas por unos familiares, tres gotas de agua caen del cielo.
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