
Reconocer las fuerzas que nos hacen y reunirlas, conmover lo femenino desde la extrema necesidad de lo masculino.
En la primera secuencia, en un solar vacío pero próximo a ser edificado, se adivina al fondo la cúpula de alguna iglesia Romana. Más adelante, en Palermo otra cúpula volverá a tener una presencia similar.
Espacios vacíos que prometen ser ocupados.
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