Monk
Monk es una criatura, un ser queriéndose hacer. Su mujer, Trudy, murió asesinada por una bomba. En su infancia, su familia no se tocaba, el padre se va de Casa y la madre no lo abraza. Monk es un neurótico extremadamente maniático, pero ese mismo extremo le permite asomarse a otra dimensión donde todas las cosas y detalles hablan y están relacionados, permitiéndole resolver casos de asesinato. Su extrema fragilidad hace necesaria la presencia de una mujer ayudante, Nataly. La casa de Monk, limpia y ordenada en extremo, es una especie de templo donde las fotos de Trudy presiden el altar. Es sin duda la imagen de una maternidad adorada. El teniente de policía y el psicoanalista completan una especie de figuras paternas que le ayudan a sostenerse. Pero toda la dirección de la serie y objetivo principal del personaje, es la búsqueda del asesino. Porque es la figura que le falta a Monk para completar las energías que le permitan encarnarse (en cada capítulo: un cuerpo -el del asesinado-). El padre malo, el que dispara, el que posee la fuerza para que la imagen de esa figura materna deje de ser una Virgen, y esa casa templo, se haga cuerpo fértil. Nataly, que también perdió a su marido en la guerra, en un posible acto de cobardía, es una especie de ángel de la guarda, por semejanza a Trudy, pero hermana desamparada también en la búsqueda de esa figura masculina, padre necesario para su hija preadolescente.
Si hay algo que distingue a la serie, es la enorme ternura con la que se atiende a todos sus personajes, aún en un tono que roza la caricatura. Personajes muy contemporáneos por su dificultad para hacerse su propia identidad, en un entorno de dificultades al que no rinden su necesidad de querer ser.