— buscando el hilo

Le Fils de Joseph

Maria delante del cuadro

El cine de Green parte del amor al marco, al cuadro como armazón de la imagen, como contenedor cuya sola presencia ya involucra la disposición a mirar del otro. Esta arquitectura se completa en la simetría y en el orden que impone el cuadro a un movimiento muy contenido, casi ralentizado, que provee de cierta profundidad a las palabras que los personajes exponen, cimentando esa arquitectura que desea alcanzar cuerpo. La simetría compone las dos hojas de una ventana cuya apertura revela una anunciación, un deseo que abre al cuerpo ante la posibilidad de encarnación. El plano de un rostro desvela el doble, el ángel que habita como asimetría en cualquier retrato frontal. Cuando son dos los actores que componen el plano, el anhelo de esta simetría los reúne en uno. Eugene Green, igual que Pasolini compone frontalmente, intuyendo que lo contrario podría desmembrar al personaje de  su complejidad, de su singularidad, y por eso actúa como el ángel ante el sacrificio de Abraham: deteniendo al padre-dios para proclamarlo hombre mortal ante la presencia del hijo.

Vincent en el Louvre ante el cuadro de Latour San José carpinteroJoseph no es el padre de Jesús.
Joseph: Sí, sí que lo es. Por su hijo, él se convierte en padre.
V: ¿Es eso posible?
J:  Sí.

Antes del cuadro de Latour, Vincent y Joseph contemplan Le Christ mort de Philippe de Champagne, Cristo que yace constreñido dentro del marco-féretro de un lienzo extremadamente horizontal, y se muestra en panorámica de los pies a la cabeza, donde por un momento el mismo plano señala la herida del costado aún sangrante y una de las manos que reposa sobre su sexo, proponiendo un ciclo de inmortalidad en ese reunir los dos sexos, femenino y masculino, en su fertilidad hermafrodita, también en el sueño de verticalidad que evoca esta panorámica horizontal.

Green se sitúa justo detrás de Vincent en un momento de la secuencia en que Joseph acompaña a María subida al asno (conciencia pura, previa a la humanidad), para sujetar la mirada del que reúne presintiendo, de ese amor, el ser.

Joseph, María, Vincent y Asno