— buscando el hilo

Flamenco

Bailaora en Flamenco de Carlos saura

El hilo como el agua que puede ser río busca su propio cauce, el mismo día que subo el post de Dawson crece me reencuentro con Flamenco y las mismas palabras destinadas a Dawson están ya hablando de Flamenco: “es una proyección, una sombra en la pantalla-piel de la ventana de la habitación”, “Ese espacio que está libre de la representación aunque completamente envuelto en ella, esa habitación de la infancia, imagen primordial en el imaginario de cualquiera…”. Las paredes de Flamenco que Saura trae de su anterior Sevillanas funcionan como pantallas de proyección de sombras, parecidas a las sábanas en las terrazas murcianas del autobiográfico Pajarico, pero que adquieren ya en Sevillanas y luego aquí la condición de estar muy tensadas, como la piel de un vientre materno preñado o un pandero de piel de vaca. El cubo (cual habitación de Dawson) que plantea en Sevillanas tiene continuidad en Flamenco, pero multiplicándose, fractalizandose como las ramas de un árbol y por supuesto sus raíces, que vinculadas con ese círculo de sol y luna, madre y padre, pero también hueco y canal, presente en todo el film, dibujan un gran cromlech. Un lugar de conexión sin duda, donde las fuerzas personales y transpersonales, los elementos naturales de cielo y tierra se encuentran como en un trueno, rayo de luz también convocado por esa incesante voz de la madre, que en Flamenco se repite como si fuera un árbol el que canta, de dolor y alegría ante el brote de ramas, hojas y flores, y que en su intuida fractalidad  es imposible no pensar en esas primeras células multiplicándose ante el rayo de la concepción.

Acababa el post de Dawson: “Un lugar desposeído de la representación, de lo secreto, dónde accediendo al otro se clarifica la imagen sobre uno mismo, quizás con la promesa de en esa idea de ser mayor, algún día poder entregar el ego a la sombra y de la proyección ser solo la luz”. Cuando lo escribí sentí que el agua buscaba su propio cauce no sabiendo que ese cauce era del trueno y el cante.