El incidente
El incidente es sin duda la película de un alérgico, como el que aquí escribe. Un relato donde la plantas liberan una toxina para defenderse de los humanos, resulta una versión un poco más elaborada de la rinitis alérgica. Hay algo en el despertar de la primavera, en su exceso, que puede llegar a resultar obsceno, y que podemos leer como la representación de la sexualidad de los padres que un niño no es capaz de aceptar o entender. Enfrentarse a la imagen del acto sexual de los padres puede generar para un niño el desarrollo de una fantasía que reponga sentido en algo que para él no tiene. Ese sentido puede estar cargado de amenaza, y el mundo de los cuentos, la literatura y el cine así lo han recogido en diferentes modalidades de esta fantasía. Los zombies son una de ellas: el niño escuchó por la noche los gemidos de la madre, en los que indiscutiblemente estaba siendo asesinada por su padre, y sin embargo al día siguiente, se levanta. Jess le pregunta a Elliot: “¿Se han muerto papá y mamá?
El incidente actualiza brillantemente una de estas fantasías, que resuelve en una hermosa secuencia en que la naturaleza rebelada violentamente cede ante el reencuentro de la pareja animado por la niña que los acompaña. En un momento anterior Elliot dijo “hay que huir del viento”, pero es el viento, la aceptación de la emoción, el que los une. En la secuencia siguiente, como no, descubrimos que ella está embarazada.
Anteriormente, hemos asistido a una especie de road movie donde el grupo que huye de la amenaza y que va disminuyendo hasta quedar solo los tres (una sagrada familia es señalada en la habitación de la mujer loca), va encontrando a su paso una serie de casas, que simbólicamente van desvelando el sentido final del relato. El recorrido parte de la gran ciudad hacia la naturaleza (En su primera pelicula Night Shyamalan vuelve a la India de donde emigró de niño). La primera casa solo es nombrada y se refiere a una casa de muñecas que la madre de la niña salió a comprar, causa por la que ahora está ilocalizable. Ya en el camino, la primera parada es en un invernadero (casa de las plantas) con dos grandes reactores de una central de energía al fondo (anteriormente habíamos visto plantas dentro de la clase de ciencias de Elliot que intenta comprender la naturaleza como lo hace el propietario del invernadero, quien parece hablar con las plantas y dan por medio loco, pero que anuncia la primera hipótesis de lo que realmente está pasando). A continuación recalan en una casa donde “todo es de pega” (está en el extremo opuesto al invernadero): los libros, las plantas, la comida y la bebida. Simulación pura (descubrimos que es una casa piloto de una promoción inmobiliaria), y siguen alejándose de la civilización para llegar a una casa cerrada, de la cual sale una escopeta que dispara y mata. Finalmente una casa aislada habitada por una mujer sola y loca que se suicida rompiendo los cristales de las ventanas con su propia cabeza, dejando así este cuerpo símbólico abierto y expuesto a la naturaleza.
La peculiaridad de este lugar es que hay una cabaña comunicada por un tubo con la casa principal que permite escuchar lo que pasa en la otra. Este espacio uterino remarcado por la presencia de anfibios en la cabaña y los dos caballitos de mar de la camiseta de Jess, es el escenario a través del cual Elliot expresa su deseo, que es compartido por Alma. Deseo de salir finalmente, de ser naturaleza.