The Bling Ring

Huérfanas, acuden a las casas de famosas/os en busca de investidura, de una piel suficiente ante la ausencia de figuras de contención, apoyo o sujeción. Casas a las que acuden devotas, como a templos en una extraña peregrinación, buscando una imagen de referencia donde igualarse especularmente. Templos vacíos de oficiantes, pero repletos de capillas y altares, roperos llenos de reliquias del santo/famoso que sustraen como reclamo de umbilicalidad. Joyas, drogas, dinero; bendiciones con las que trenzar este cordón de posibilidad ante la presencia de un retablo delirante de imágenes y palabras desprendidas del sentido, pronunciadas sin resonancia ante la ausencia de una voz autorizada por la presencia de la corporeidad. Quizás, asistamos tan sólo, al trance adolescente de una generación nacida casi literalmente en un plató y desorientada por exceso de luz, de brillo (Bling) en ese peculiar bosque de focos (Hollywood*).
Sofía intuye un refugio en el bosque, una cabaña de madera de acebo*, de robustas paredes y tejado, apenas sin decoración. Dentro, la habitación de los padres y el anillo en la mesilla de noche.
* Hollywood: Bosque de acebos. Acebo es el árbol de la navidad.