— buscando el hilo

Una noche en la ópera

Secuencia del contrato

Una promesa del cante, es el eje sobre el que gira una constelación de arquetipos echados al aire como en un juego de malabares, en esta peli de los Hermanos Marx.

Groucho y Chico negocian el contrato de esta promesa. Groucho le entrega una copia del contrato y él se queda con otra. Chico parece no saber leer y Groucho se encarga entonces de la lectura cláusula a cláusula. La situación es muy cómica. Cada apartado que lee Groucho y que no encuentra acuerdo es literalmente arrancado mediando una hilarante conversación hasta encontrarse con un pequeño fragmento de papel que deciden firmar. La pluma no tiene tinta pero llegan a acuerdo. Chico le reclama la palabra a Groucho y el gesto de la fragmentación del papel va sustituyendo a la ley escrita que se intuye como una barrera y cuanto más pequeño es el papel más se acorta la distancia entre los dos hasta llegar al abrazo (“si tuviera los brazos más largos lo leería”), bueno, lo que un abrazo simboliza, un acuerdo entre figura paterna y “Chico” representando a «la promesa”. Groucho le da finalmente la flor del ojal (del pecho, del corazón) que Chico llevará a Ricardo, “la promesa”.

Otro de los arquetipos de la peli está representado por esa mujer desproporcionadamente grande, que convierte al resto de los personajes en niños chicos. De hecho la famosa secuencia del camarote está construida como una muñeca matrioska. Un barco (cuerpo femenino) que contiene un camarote, que contiene un baúl, que a su vez contiene tres criaturas Chico, Harpo y Ricardo, «la promesa”. Por supuesto el baúl es introducido en el camarote por Groucho Marx (el tipo del bigote y el puro). Harpo es sacado del baúl en posición fetal y permanece medio dormido casi toda la secuencia. El minúsculo camarote empieza a recibir visitas, de mujeres que intentan hacer la cama, la manicura, camareros con la comida (mientras Harpo dormido intenta meter mano a las chicas), los plomeros para revisar las tuberías, etc. La situación se vuelve extremadamente hilarante. El camarote contiene ya toda una desordenada constelación de arquetipos (Venus, Marte, Luna, Júpiter…) y energías que asimilados a “la promesa” parece estar a punto de reventar. Es el momento en que llega la mujer Grande (Matrioska) que al abrir la puerta da salida a esa explosión en forma de algo similar a una grandiosa eyaculación. No es difícil imaginarse una sala de cine de la época llena de público desternillado de risa en una liberadora borrachera colectiva.

Finalmente claro, «la promesa» triunfa.

La pareja papá mamá entre Groucho y la Sta. Claypool (Margaret Dumont) es similar a la del dibujo de una familia, normalmente de figuras desproporcionadas, hecho por un niño chico.