— buscando el hilo

Después de mayo

 

Hogueras en Después de Mayo

Un dibujo que arde. Así cuenta Assayas su llegada al cine.

Parte de un cuerpo, un amor, vestido de blanco y entre sábanas, después de Mayo. Primavera, verano.

Los pliegues de esas sábanas, luego pantalla de proyección del viaje de sus amigos.

Gilles dibuja, pinta, a ella también, que le gusta y parece entender de pintura.

Después de Mayo acaba el instituto. Los protagonistas andan en busca, entre panfletos, pintadas y cócteles molotov (dibujos que arden también).

Ese amor de los pliegues blancos marcha, abandona a Gilles en la primera parte del film. Aunque él parece sostenerlo dibujando, pintando, con otras compañías también. Pasado un tiempo hay un nuevo encuentro con esta chica (conocemos antes su actual pareja, un hombre mayor). Gilles le enseña sus nuevos dibujos, los “despliega”. Ella elige uno como preferido. Inmediatamente él lo coge y le prende fuego. Emocionante momento dónde Assayas sitúa el inicio del cine, de su cine. Al rato ella acude a su habitación blanca y al “abrir” otro de los dibujos de Gilles la habitación empieza a arder y tiene que saltar por la ventana.

Un poco más adelante, en una acción de “resistencia” en la que Gilles decide participar, le toca prender fuego a un coche: otro cuerpo femenino en llamas.

Cierra el film acudiendo Gilles a una muestra de cine experimental, antes lo hemos visto iniciarse en el cine colaborando con su padre. En la pantalla el amor que era cuerpo al principio, también dibujo, es ahora sólo imagen, luz extraída de las llamas.

 

Sólo imagen extraída de las llamas