
La prueba del ángel, en eso consiste esta pieza, en la prueba de la encarnadura por el ángel, del peso, la feliz caída en el cuerpo. La voz, el canto lo sitúa Javier abajo, a ras de suelo con el fondo de piedra de los muros externos de la basílica, mientras arriba se construye el cielo (no es figurado aquí, es lo que esos trabajadores preparan para El misterio de Elche) el mismo quizás tan ampliamente recreado en Los pies que faltan.
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