— buscando el hilo

El joven Papa

Lenny BelardoSorrentino toma en sentido literal la idea del Papa como actualizador de El Cristo, como figura capaz de guiar en la trascendente tarea de la encarnación. Y lo hace a través de la poesía, sobre todo en su expresión contemporánea como performance, arte de acción. Y es que la performance es la unidad audiovisual de Sorrentino, más allá de la secuencia, una performance de la que participa la cámara, creando un subjetivo activo deseoso de orden y plasticidad, un componer musical que propone rimas impensables que la banda sonora intenta hilar. El deseo de ese subjetivo es sin duda objetar, tomar cuerpo, promover el amor por sus personajes, a veces tan solo figuras, retratos fugaces, un amor casi animista por las cosas, objetos, esculturas, arquitecturas, cuadros; para ver si en ese ejercicio performático del ojo, el uno se encuentra al otro, lo femenino y lo masculino cooperan en pos de la creatividad.

Pero para poder amar a sus personajes, primero los tiene que desnudar, a menudo literalmente, engendrar en ellos la humanidad. Se vale del humor, contenido aquí, para abrir el sentido y situarnos en una posición ambigua, de difícil adhesión o rechazo de cualquier personaje, previniendonos y liberándonos de cualquier tentación de juicio moral.

El performer Sorrentino nos provoca e inflama en igual medida, casi nos hace arder de emoción, de deseo por el ser.

Habría que redefinir un género audiovisual para esta peculiar escritura. Podríamos sugerir la oración, el puro hablar o decir solemne, un decir musical también, o más bien la plegaria que, traicionando el sentido etimológico de precario, ruego, petición o súplica, traduciría libremente como acción de plegar, doblar y desdoblar, encontrando en esos pliegues el trazo de una escritura que sobre el dibujo de un niño se traducen en discurso Papal, en una peculiar voz, en un singular ejercicio de sentido que encuentra articulaciones inesperadas para la cuestión de Dios y el Hombre.